jueves, 4 de junio de 2015

A Petrucciani

Con la voluntad de ahora, tiene mucho que no escuchaba jazz. Michel Petrucciani es un pianista que escuché por primera vez en el 2008 o 2009, no recuerdo bien, y me pareció bueno porque tiene sentimiento para acariciar todas las teclas del piano con su pequeño cuerpo. 
Cuando lo vi por primera vez (en video), recordé lo increíble que es la vida y me asomé a los recuerdos, cuando vi en Puebla a un hombre de la misma estatura pero sin brazos y con muñones de piernas. 
Ahora viene a mi cercenada mente porque escucho jazz, pero difícilmente lo olvidaré, Michel se murió no hace mucho, un año antes del dos mil, cuando yo entraba a la universidad y no sabía que existía tanta fuerza de voluntad.
Mi madre siempre trabajó y nunca nos dijo que la buena música estaba más allá de Luis Miguel. No había tiempo, ahora tampoco hay tiempo, porque siempre sale algo nuevo y muy bueno musicalmente.
Por cierto, la vida siempre recompensa, a Petrucciani con el don de amar la música y a mi madre con el don de amar. Ahora que vio a su nieta, que por cierto se ve hermosa, con su vestido de 'quinceañera', lloró y recordó que en algún momento no pudo darle lo mismo a su hija.
¡Carajo! Si nuestros gobernantes tuvieran 'tantito' de esa humanidad y sensibilidad, dirían: Lucharé por mi pueblo como mi madre luchó por mi. Pero muchos no tienen madre...    

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